No soy una de esas personas ordenadas que son capaces de llevar un blog con un bullet journal, que tienen marcados todos y cada uno de los pasos que va a dar a continuación para que sus proyectos salgan de manera adecuada. De la manera que a los demás les parece que es la adecuada. Esa no soy yo.
No publicaré x entradas por semana ni lo haré siempre el mismo día. De hecho, abrí un canal de YouTube que tengo del todo olvidado porque me quitaba mucho tiempo pero eso no significa que no vaya a grabar un vídeo nunca más. Tampoco esperéis de mí que sea constante con las publicaciones en Instagram o con los relatos en el blog.
Algunos pensaréis que eso no es serio. Que si te comprometes con algo has de llevarlo hasta el final y que las cosas han de seguir un determinado camino para llegar a buen puerto. Pero ¿sabéis qué? No para todo el mundo es igual.
Si aún estáis perdidos en cuanto a lo que quiero decir, os lo resumo: la creatividad no es imperativa. No se puede obligar a nadie a ser espontáneo; eso es una contradicción en sí mismo.
¿Acaso no estáis cansados de escuchar cómo tenéis que hacer las cosas? Aprende a mandar tu manuscrito a una editorial, aprende cómo crear buenos personajes, aprende a crear un mundo para tu relato… Y luego, Colabora con blogs para crecer, Abre mil cuentas en redes sociales, Aprende de SEO, Márcate una meta de escritura al día, Cómo conseguir lectores beta para tus relatos… Y suma y sigue.
Así que no, no voy a hacer las cosas como las hace todo el mundo, simplemente porque no me sale. Unas horas antes de escribir esta entrada, justo estaba pensando que desperdiciaba mi mañana porque no había hecho nada productivo: no había redactado nada nuevo, no había subido fotos a Instagram, ni tan siquiera había twiteado nada. Es decir, que no me había comunicado con nadie y además ni tan siquiera había corregido mis manuscritos o redactado las 1000 palabras de rigor. Y ¿sabéis qué? Que no era lo que me apetecía hoy.
La creatividad está allí donde esta vuestra libertad. Bailando. Cantando a pleno pulmón. Saltando en el salón de vuestra casa, como lo hacéis cuando nadie os ve (porque sé que lo hacéis). Entonces sois vosotros mismos y la mente fluye, y solo entonces sois capaces de cosas increíbles. Cuando os mostráis resueltos y libres de ataduras. Cuando corréis cinco quilómetros junto a la playa. Cuando pintáis como cuando eráis pequeños, por puro placer.
Así que no, no pienso mantener una agenda con lo que debo hacer cada día porque mi mente simplemente tiene otros planes. A veces mejores, otros peores. El de hoy es sacudir la cabeza a lo heavy metal.
¿Cuál es el plan que vuestra creatividad tiene para vosotros hoy?