OrigiReto Febrero

¿Qué hay, mentes inquietas?

Pues voy con retraso con el OrigiReto, pero aquí tenéis el de Febrero. Espero que os guste. 😀

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La locura

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Lo más terrible de todo es que no lo ves venir. Está ahí, en algún lugar oculto, fuera de tu alcance, y simplemente se manifiesta en el momento menos esperado.

 

Yo aguardaba con paciencia en mi habitación, obviando las secuencias de imágenes que se sucedían sin parar en mi cabeza.

Presas.

Yo corriendo a través de un profundo bosque.

El sol.

Yo cayendo a través de un acantilado.

La noche…

Planos que atravesaban mi mente de una manera tan rápida que apenas tenía tiempo de interpretar lo que veía. Solo sentía. Y el sentimiento no era agradable.

 

Estoy encerrada, pero no de forma física, y los gritos y aullidos que atraviesan las delgadas paredes de la institución para enfermos mentales en la que estoy recluida no me ayudan a sobreponerme. Sin embargo, cuando los enfermeros me hablan, yo sonrío. Me porto de manera aceptable, como ellos esperan que haga. Si bien, los otros están ahí, golpeando con fuerza las vidrieras polvorientas de la sala común. Son la demencia, la locura y el terror que clavan sus garras en las consciencias de algunos pocos elegidos entre los que me encuentro yo. Sé que debo aprender a ignorarlos si quiero volver a casa. El problema es que ahí fuera, en la calle, la locura es más fuerte, te acecha en cada rincón, aguarda por ti en cada conversación, en cada cruce de miradas. Porque allí juega con ventaja. Está descontrolada e inaceptada.

 

Noto que me golpean la cabeza con la fuerza de un martillo, pero no hay nadie alrededor de mí. Es de noche, y las sombras bailan en las esquinas produciendo inquietantes figuras que no me dejan pensar con claridad. No son entes fantasmagóricos, ni mucho menos. Ni siquiera son reales. Pero les tengo miedo.

 

Oigo pasos y decido incorporarme. Pero la oscuridad es densa y no me permite ver nada más allá de mi nariz. A tientas, alcanzo la puerta y pego la oreja. Se arrastra, o tal vez arrastre alguna otra cosa. Gime, y entonces reculo. No puede venir a por mí. Otra vez no. Estoy bien, lo sé. Me he comportado bien. No soy una de ellos. Ya no. Pero el inquietante susurro perdura, y cada vez está más cerca de la puerta. ¿Es niebla lo que penetra bajo ella? No puedo creer que esto vuelva a sucederme a mí. Está hambrienta y enfadada porque la he abandonado.

 

―¡Déjame en paz! ―grito, pero sé que es inútil. Una vez aparece no puedo deshacerme de ella tan fácilmente.

 

Recorro la estancia buscando algo con lo que defenderme pero solo consigo golpearme en cada esquina. Me caigo y el golpe es tan certero que me parte la ceja. Noto la sangre, caliente y vibrante, resbalar por mi cara y entonces sé que estoy perdida. La niebla me envuelve, fría y húmeda, y yo hago aspavientos para apartarla de mí. He empezado a gritar y eso no es buena señal. La niebla me acaricia como si fuéramos viejas amigas. Me toma de las manos, noto su peso sobre mi cabello, sobre los hombros. Se introduce en mí, y ya no hay vuelta atrás.

FIN

Como sabéis, esta es un iniciativa de los blogs  Solo un capítulo más y La Pluma Azul de Katty , así que os animo a pasar por sus blogs y participar.