La Gorda.

¿Qué hay, mentes inquietas?

Hoy os traigo una reflexión que ha surgido a partir de un tuit que publiqué ayer.tweet-6-signos
Todo comenzó a raíz de mi actual lectura, Los Seis Signos de la Luz, de Susan Cooper, la cual me está gustando, todo hay que decirlo. Es un libro lleno de metáforas, giros semánticos y que en general, escoge muy bien las palabras (lo cual me encanta). Pero la fotografía de arriba le hace un flaco favor…

En ese párrafo que podéis leer, la autora introduce un personaje sin ningún tipo de importancia en la historia, que lo único que hace es cruzar unas palabras con el conductor del autobús. En un primer momento habla de ella como la señora gorda, para después denominarla simplemente, la gorda.

Sé que hay gente que comenta que ese atributo no debería de sonarnos raro y que simplemente es una manera de caracterizar al personaje. Sin embargo, a mí no me gusta por varios motivos.

El primero, es evidente. La palabra gorda se utiliza de manera peyorativa, siempre. No hay manera alguna en la sociedad en la que vivimos en la que podamos llamar a alguien gorda sin insultarla. Es una pena, pero es así.

El segundo, es más literario. Quiero decir, ¿no existía ningún otro atributo con el que podíamos describir a ese personaje? No lo sé… Tal vez era la panadera, la abogada, la secretaria, la señora vestida de rojo, la del sombrero extraño o la de los ojos verdes… Pero no. La autora decide llamarle la gorda. Curioso.

Y el tercero, para mí el más importante, es que hay que tener en cuenta que este libro forma parte de una colección juvenil, enfocada a un público de doce años en adelante. Niños y jóvenes que están desarrollando su carácter, su manera de ser, y que con esto pueden  entender que no importa si alguien es la periodista exitosa, o la panadera del pueblo o la chica de los maravillosos ojos verdes porque por encima de todo eso siempre será más importante si es gorda o flaca.

Me parece mal, la verdad. Y como escritores que somos creo que tenemos que obviar este tipo de caracterizaciones que no aportan nada a la historia. Otra cosa muy diferente sería que este personaje tuviese alguna importancia y decidamos que su aspecto físico va a ser tan normal como el de cualquier persona del mundo. Porque sí, queridos amigos autores, los protagonistas también pueden ser más gordos, más flacos o más feos. No son súper héroes.

Esta es solo una reflexión que hago yo a partir del pequeño debate que surgió en las redes. Estoy de acuerdo con que hay que normalizar situaciones, pero creo que en este caso está mal enfocado. A favor de la autora y del libro diré que es antiguo, de 1973, aunque la traducción es de 2007.

Lo voy a seguir leyendo porque pese a este desliz, como os digo, está muy trabajado en cuanto al léxico y las analogías que se introducen.

Os dejo que forméis vuestra propia opinión y si la queréis compartir conmigo, ¡ya sabéis!

Y recordad: los libros no se leen, se viven. ¡Disfrutad la aventura!

Anuncio publicitario

Un comentario en “La Gorda.

  1. Hola, buena reflexión. Me gustaría aportar mi opinión. No he leído el libro ni conozco el contexto, pero yo creo que si el personaje utiliza expresiones similares, y dicho adjetivo encaja con su psicología, no consideraría que hace un flaco favor. Al contrario, me diría más del personaje, que inmediatamente etiqueta a las personas. En mi novela, destinada al público adulto, el personaje usa en alguna ocasión «-dijo el imbécil.», pero es algo intencionado porque lo uso para enfatizar más la falta de autoestima que él tiene. Ahora bien, como dices tú, siendo un libro juvenil, y si la palabra no viene a cuento, pues sí que creo que es algo que debería revisarse.

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s