Esforzarse mucho no es sinónimo de éxito.

¿Qué hay, mentes inquietas?

Hoy quiero hacer una reflexión sobre el esfuerzo y lo que uno espera conseguir a cambio. Durante décadas, llevan vendiéndonos la idea de que esfuerzo es igual a éxito (en el sentido más amplio de la palabra), que los que alcanzan sus metas lo hacen porque han trabajado mucho y bien, centrándose en sus objetivos, en sus sueños. Pero, y creo que estaréis de acuerdo conmigo, nos han engañado.

Vale, tal vez no en todas y cada una de las facetas de nuestra vida, pero sí en muchas ocasiones. Porque llegar a cumplir tus objetivos muchas veces no tiene que ver solo con lo que tú haces o dejas de hacer. No tiene que ver con todo lo que te has centrado en esa tarea o en tus habilidades o talentos. Tiene que ver también con factores que escapan a tu control. Factores que en ocasiones son tan importantes como tus propias facultades para desarrollar la tarea.

Plantéate, centrándonos en el campo de la literatura, que has seguido todas las instrucciones. Te has formado para lograr tener una escritura fluida y llamativa, has hecho cursos de ortotipografía, has escuchado a editoriales y a escritores veteranos aconsejándote sobre cómo mandar tus manuscritos a certámenes, incluso te has marcado pautas de escritura, demostrándote a ti mismo que tu afición ha dejado de serlo, porque tu objetivo es hacer de la literatura tu trabajo.

Además, has aprendido a hacer escaletas, a elaborar fichas de personajes, has participado en el Nanowrimo año tras año, adquiriendo un hábito de escritura. De hecho, has colaborado con blogs, has hecho reseñas, has organizado concursos y charlas, y has aprendido mucho sobre marketing on line.

Y después de todo, no has logrado tu objetivo, cualquiera que este sea. Imagina que te habías propuesto publicar con una editorial convencional. Imagina que a tus lectores beta, críticos y sinceros, les gusta lo que escribes. Imagina ahora que tu manuscrito no cae en las manos correctas. Que la editorial decide prescindir de él porque no es el momento, porque el mercado no está funcionando tan bien como otros meses, porque quiere esperar a tal o cual momento. Tal vez simplemente tu novela gusta pero no te dan la oportunidad porque no te conocen, o porque ya tienen novelas parecidas en su catálogo. Tal vez deciden dejarlo para otro momento y ese momento nunca llega.

O puede que no goces de los contactos adecuados y otros sí.

Y entonces vendrá alguien y te dirá: sigue esforzándote y lo conseguirás. Y no te lo dice con mala fe. Pero olvida que el factor suerte determina mucho nuestras vidas.

Seguid esforzándoos y aprendiendo cada día, pero no dejéis que nadie os diga que no lo conseguisteis porque no os esforzasteis lo suficiente.