Amor que surge a través de e-mails, en Enlazados.

¿Qué hay, mentes inquietas?

Uno de los últimos libros que ha pasado por mis manos es Enlazados, de Rainbow Rowell. Lo encontré en una biblioteca a la que no suelo ir (todo y que está cerca de mi casa) y como ya había leído Eleanor y Park, de la misma autora, me decidí a tomarlo prestado.

En Enlazados, el protagonista, Lincoln, es un joven que acaba de sufrir un desengaño amoroso. Se encuentra un poco perdido porque lo había dejado todo por seguir los pasos de su amor de juventud, y ahora se encuentra de vuelta en casa de su madre, dejando que ella le cocine y le lave la ropa. Lincoln encuentra un trabajo en un periódico local, y su única misión es revisar los correos electrónicos del resto de empleados, en busca de infracciones. Cabe decir que la novela está ambientada en 1999, cuando todas las empresas estaban medio locas pensando que el efecto 2000 iba a conseguir que sus ordenadores explotasen, y el periódico en sí, no tiene mucha idea de sistemas informáticos.

Lincoln trabaja en el turno de noche, pues se supone que su identidad ha de permanecer oculta en la medida de lo posible; que no trabe amistad con sus compañeros le ayuda a delatarlos si alguno infringe las normas. Sin embargo, a nuestro protagonista su trabajo le parece tedioso y entrometido, y se siente realmente mal por tener que leer acerca de la vida personal del resto de trabajadores.

Todo cambia cuando se hace adicto a los correos que intercambian diariamente dos chicas: Beth y Jennifer. Estas dos jóvenes se mandan e-mails a diario explicando sus vivencias en cuanto a la vida en pareja, el deseo o no de ser madre de una mujer, sus aficiones, las películas que ven, etcétera. No son nada del otro mundo y, en cuanto al vocabulario permitido, infringen las normas en decenas de ocasiones; si bien, Lincoln no las delata. Le parecen divertidas, ácidas, y son el único motivo por el que se mantiene en su puesto de trabajo en vez de presentar su dimisión. Es consciente de que necesita el dinero para independizarse y las conversaciones de las jóvenes le entretienen. Hasta el punto de que Lincoln es capaz de enamorarse de una de ellas sin ni siquiera haberle visto la cara.

La autora describe un amor platónico bastante dulce e ingenuo, que me ha dejado buen sabor de boca, y a un personaje masculino lleno de inseguridades que consigue superarse a sí mismo. Os prometo que la cosa se pone interesante en el momento en el que una de las chicas comienza a hablar de él en uno de sus correos.

Puntuación: Es bastante entretenido.

¿Lo habéis leído? ¿Habéis leído otras obras de la misma autora? ¡Comentad!

Y recordad: los libros no se leen, se viven. Disfrutad la experiencia.

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